diumenge, 15 de novembre del 2015

Más allá de la muerte


Aunque aguarden las tinieblas

al fin de nuestro camino,

aunque la vida no sea

más que un inútil castigo

y el ave de la esperanza

se vaya helando de frío,

aunque los sueños amados

se pierdan en el abismo

y vivamos en la cárcel

del sufrimiento cautivos

agitando las cadenas

de un deseo enloquecido,

aunque el mañana no sea

más que un sepulcro sombrío

y todas nuestras acciones

pasajeros espejismos

sabiendo que de este infierno

no hay nadie que salga vivo,

aunque todos los recuerdos

se pudran en el olvido

y el cielo con que soñamos

sea la piedra de un nicho,

aunque al morir nos parezca

que ya está todo perdido

sintiendo que ha sido un sueño

este dolor que sufrimos,

aunque el tiempo nos arrastre

igual que a imparables ríos

que se derrumban sin tregua

sobre los mares vacíos

sin podernos escapar

de un tiránico destino,

aunque todas las miserias

se claven como cuchillos

y el Olvido nos abrace

igual que a arrugados niños

que lloran ante el terror

de ser sin fin extinguidos,

y la Luz no nos aguarde

detrás del último grito,  

proclamo que hemos amado

y la Vida santifico

y santifico a la aurora

que dora a la mar y el trigo,

y santifico a los hombres

que dentro llevan un niño

y la canción del azul

y ese misterio escondido

que reluce en la mirada

del santo amor que bendigo,

yo bendigo a los que sufren

y a los que aman heridos,

pues brotarán, tras la Muerte

puros jardines de vinos

y mareas de luceros

y bóvedas de narcisos,

y valles de rico néctar

en donde fluyen los himnos

dorados de la alegría

que perfuman como lirios,

y los astros, por los mares

verterán amantes brillos

donde brotarán rosales

de licores prometidos,

y fluirán lagos de auroras

por los cielos más benditos,  

y la noche brillará

como un mar de soles vivos

donde se funden las lunas

y los luceros dormidos,

y en su Luz exprimiremos

los deslumbrantes racimos

que regalan la ambrosía

de milagrosos hechizos, 

y abrazaremos los mares

de los Misterios Divinos,

y transformados seremos

en líquidos astros vivos

que se vierten en cascadas

de gloriosos paroxismos

y en éxtasis que se alzan  

con fulgor desconocido,

y seremos surtidores

ligeros y diamantinos

que destellan por las aguas

de los cielos derretidos

en una amante delicia

de preciosos paraísos,

estallando en una luz

que se agranda en lo Infinito. 

David Coll Rodríguez 

(Madrid – 2015 ) 

Primer premio del II Certamen de Poesía “Constancio Zamora Moreno”, tema libre, organizado por la Fundación Espejo