Es la experiencia de una familia que este verano acogieron una niña saharaui, y lo resumen de la siguiente manera:
"Hola, este verano nos hemos dedicado a ser una familia acogedora para niños de los campamentos saharauis. Fue una decisión compartida con nuestra hija de 9 años, para lo cual ha sido una experiencia muy buena poder comprobar que hay niños que casi no tienen nada y podemos enseñarles y compartir experiencias.
Los primeros días resultaron un poco complicados, hemos compartido el verano con una niña de 10 años, ella era la primera vez que salía del país y no hablaba español. Poco a poco fuimos conociéndonos, cada día era una experiencia nueva comprobar que al tocar un interruptor se encendía la luz, abrir un grifo y salía agua, al anochecer mirábamos por la ventana para ver las calles iluminadas, coches, autobuses… Uno de los momentos más inolvidables fue la primera vez que fuimos a la playa o que vio la piscina, al principio no quería mojarse, le daba miedo, pero con ayuda de mi hija observaba que no pasaba nada y al final de las vacaciones conseguimos que se metiera en el agua incluso hasta conseguimos que se tirara del borde de la piscina. Sólo contemplar la satisfacción de su cara y la sonrisa había valido la pena.
Han sido dos meses muy especiales, hemos dedicado nuestro tiempo a una niña que vive en una situación complicada, su alimentación ha sido un poco mejor y más variada, ha pasado una revisión médica completa. Nuestro deseo sería que el próximo año nos volviera a acompañar".
"Hola, este verano nos hemos dedicado a ser una familia acogedora para niños de los campamentos saharauis. Fue una decisión compartida con nuestra hija de 9 años, para lo cual ha sido una experiencia muy buena poder comprobar que hay niños que casi no tienen nada y podemos enseñarles y compartir experiencias.
Los primeros días resultaron un poco complicados, hemos compartido el verano con una niña de 10 años, ella era la primera vez que salía del país y no hablaba español. Poco a poco fuimos conociéndonos, cada día era una experiencia nueva comprobar que al tocar un interruptor se encendía la luz, abrir un grifo y salía agua, al anochecer mirábamos por la ventana para ver las calles iluminadas, coches, autobuses… Uno de los momentos más inolvidables fue la primera vez que fuimos a la playa o que vio la piscina, al principio no quería mojarse, le daba miedo, pero con ayuda de mi hija observaba que no pasaba nada y al final de las vacaciones conseguimos que se metiera en el agua incluso hasta conseguimos que se tirara del borde de la piscina. Sólo contemplar la satisfacción de su cara y la sonrisa había valido la pena.
Han sido dos meses muy especiales, hemos dedicado nuestro tiempo a una niña que vive en una situación complicada, su alimentación ha sido un poco mejor y más variada, ha pasado una revisión médica completa. Nuestro deseo sería que el próximo año nos volviera a acompañar".
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada