Un año más llegó la manifestación del 1º de mayo, día de los trabajadores, esta vez con más afluencia que en otras ocasiones. La dichosa crisis ha engordado este año esta tradicional movilización. Se ven compañeros de diversas empresas afectas por ERE o por deslocalizaciones, que probablemente no sean participantes asiduos de estas movilizaciones. Pero también hemos podido ver un mayor grupo de personas de orígenes diversos que no sólo luchan contra los efectos de la crisis sino que también se han de preocupar de la voluntad de aplicar medidas regresivas, en una modificación de la Ley de Extranjería, por parte del gobierno central. En su pancarta rezaba “¿Por qué España no los acepta?” Y es que estas personas no entienden como una parte de la sociedad de nuestro país los quiera utilizar como un “klinex” de usar y tirar y que ahora que las cosas no van bien y lo único que hacen es sobrar. Esto no es así, y ellos han ayudado con su trabajo a crear la riqueza que otros han expoliado, y es por ello que ellos ni son los culpables ni han de pagar la crisis. Los sindicatos en Cataluña ya tienen experiencia en conjuntar esfuerzos de las personas venidas de fuera y de los que ya estaban. Y es que sólo entendiendo que uniendo esfuerzos, sin mirar el sitio de donde vienes o la cultura o religión que tienes, como se viene haciendo en estas movilizaciones, seremos capaces de que los trabajadores en general no salgamos maltrechos de esta situación. Tenemos que empezar a cambiar y no sólo aceptarlos en España, sino en nuestro barrio, en nuestra escalera y en nuestros trabajos. Es decir, en nuestra vida.
Miguel de la Rubia
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