diumenge, 15 de gener del 2017

Había una vez...

 

Un poble anomenat Viladenosequé del Baix on sempre ha sigut particular amb moltes atribucions i de vegades amb coses dolentes. És com la casa de cada un on es couen faves sigui on sigui. 

Una vegada, diu la història que hi vivia un bitxo molt gran. Este bicho por la exclusión de sus propios vecinos y por los cambios que tiene el medio ambiente, falleció. 

A los años, qué digo, millones de trillones de millones de años encontraron su esqueleto en restos petrificados. Estos restos no vivieron ni creencias, ni religión, ni política, ni color ni clase social, ni.... nada. Eran huesos de piedra. 

De una gran idea se creó en su nombre el gran “Ni” donde por su enorme nariz sacaba sarcasmos sobre la contrariedad de este mundo y de lo que por suerte no vivió. 

D’un dia per l’altre es va quedar prenyat. Ni sabia cap a on havia d’anar ja que el portaven amb una idea que era tot el contrari pel que estava creat. 

De esas crías, ni sexualidad, ni enfermedad ni locura y ni el ser más sabio que descubría otra vida paralela a la vivida. 

Aquestes cries, el seu naixement va molestar al seus deixebles fent que es desplacin socialment de tot seny el producte que ells volien. Potser es buscava que se li fiqués un barret de rabí amb una xilaba però no s’adonaven que la unió que varen crear, ni Déu l’hagués fet tan perfecta. Sus crías era la unión del TODO. Sin tabúes, sin hacer el mal, puro amor. 

Esas crías divagaban por la viladenosequé dolidas y con el pensamiento de que a veces buscamos retos de integración de culturas contrarias y no lo que consiguió unir las culturas que albergan dicha población. 

Gracias por el trabajo que habéis hecho de hacerme ver el amor sin nada por medio de las personas. 

Sergi Román Cordón

President de la Penya de la Trompa 

President de MotoForça i PMSV a Catalunya