Desahucios

Si un banco está en números rojos se le rescata; si una familia está en números rojos se le desahucia y se la condena a deuda perpetua.

En tiempos en los que, según algunos, “vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, los  bancos nos han vendido descaradamente sus productos. Cuando con las nóminas no llegaba para la hipoteca, pedían avales. El banco te trataba como un señor. Hasta que te quedas sin trabajo, sin dinero, sin comida, sin poder pagar la casa, tú y los tuyos. En este momento el banco te sigue ofreciendo productos golosos encaminados a renegociar la deuda, pedir préstamo personal..., después de un tiempo estás metido en un pozo, dejas de pagar y vienen el papelamen, las denuncias, los intereses abusivos de demora. El mismo director del banco cambia de cara y te dice que pagues hasta el último euro mientras ellos siguen haciendo negocio.  Subastan el piso y se lo queda el banco por el 60% del valor de tasación y el resto debes pagarlo tú hasta el último euro aun cuando ya estés sin casa. Y te declaran moroso... y te embargan el sueldo... y al avalador o avaladora lo mismo. Y es que la actual ley hipotecaria protege a los bancos y deja en la calle a las familias. ¡Vergonzoso!

Como dice Ada Colau, portavoz del PAH de Barcelona: “Estamos ante el grave problema de una estafa organizada y planificada desde los bancos y los responsables políticos”. Cada día, en el estado español,   532 familias van a la calle. Y sigue diciendo Ada: “Cada uno debe  decidir si seguir permitiendo este sistema perverso que está amenazando la vida de la mayoría de la población o ponerse de parte  de la justicia y de la dignidad de la vida humana”. “Si te quedas en casa te quitan la casa, si te mueves puede que tengas mucho que ganar”.

Es imposible luchar uno solo. Para acompañar a las personas en este duro proceso se creó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) cuyo eje vertebrador son la transformación de una problemática individual en una lucha

colectiva y el proceso de organización de las personas afectadas y solidarias, por la conquista del derecho a una vivienda digna. 

Siguiendo esta filosofia, hace más de  año y medio creamos en Sant Boi la PAH: tenemos que decir «no» a esta  Ley Hipotecaria que es injusta. Como decía Gandhi, cuando una ley es injusta lo correcto es desobedecer.

Cuando compartes los problemas y las soluciones estas compartiendo la vida, estás dando esperanza. Aquí en Sant Boi, como en otros sitios, se palpan logros reales: estamos paralizando casi todos los desahucios de las familias que han pasado por la PAH, hemos conseguido alguna dación (si te quitan el piso, que te quiten la deuda) y que alguna persona se quedara en su casa con un alquiler social. Estas dos últimas reivindicaciones junto con la de  que paralicen los desahucios y que se haga de forma retroactiva es para lo que se ha creado la Iniciativa legislativa popular. Actualmente hemos conseguido 530.000 firmas de las 500.000 necesarias para que se debata la actual ley hipotecaria en el parlamento español.

Por la PAH de Sant Boi han pasado cerca de cien familias, no sólo de Sant Boi sino también de varios pueblos que no tienen PAH entre ellos de Viladecans. Una tarde nos vino una madre. Su hija estaba  a punto de entregar la llave a Unnim de Viladecans y ella es avaladora, ¡toda una madre coraje! La estamos acompañando y hemos hecho varias acciones ante el banco. También hemos colaborado en detener el desahucio de una familia a la que Adigsa tenía el piso alquilado. Ha pasado por la Plataforma alguna familia más pero la mayoría a nivel informativo y no ha vuelto. 

Ahora estamos a punto de crear la PAH de Viladecans, si alguno o alguna se anima a colaborar pueden dirigirse a la Asociación de Vecinos de la Montserratina y preguntar por Carmen. El correo electrónico de la Asociación es : Avmonserratina8@hotmal.com

Para terminar quiero compartir con los lectores este  pensamiento con la intención de animar a la lucha pacífica por el derecho a la vivienda y todos otros derechos que están siendo pisoteados: “Mañana tal vez tenga que sentarme frente a mis hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podría mirarles a los ojos y decirles que hoy ellos viven así porque yo no me animé a luchar”.

Ramiro Vega