Mi abuelo vino a Catalunya buscando un sueño, un futuro mejor para él y su futura familia. Cuando se jubiló la gente le preguntaba que por qué no volvía a su pueblo, y él siempre respondía que cómo se iba a ir a vivir allí si lo más importante lo tenía aquí, sus hijos y nietos.
Siempre recordaré su ilusión al ver que su nieta había entrado en la universidad. Poco después murió, pero murió sabiendo que sus esfuerzos, los de un niño que cuidaba cerdos y era prácticamente analfabeto, habían valido la pena.
Yo hoy continúo su sueño, no quiero emigrar, quiero que mis hijos crezcan en un país socialmente justo y nacionalmente libre. Porque sé que solo así podrán tener un futuro mejor. Sigo con el sueño familiar deseando que mis hijos puedan estudiar lo que quieran y tener un buen oficio y sueldo que les permita vivir dignamente.
¿Que mejor sueño que contribuir a construir un nuevo país, un país donde todo es posible, partiendo de la riqueza de su cultura catalana, la cual, a su vez, se ha enriquecido de todas aquellas culturas que han convivido en estas tierras?
Un país donde la educación y la sanidad públicas nunca sean cuestionadas, un país donde la igualdad de género no deba ser reivindicada, un país donde el catalán no corra ningún riesgo y el castellano acompañe la formación de nuestros niños y niñas, un país donde la vivienda vuelva a ser un derecho, un país donde la pobreza sea una anécdota en lugar de una categoría, un país donde las personas sean más importantes que el dinero, un país donde la corrupción se penalice, un país donde las pensiones estén garantizadas, un país de todos y para todos.
Por todo esto votaré Esquerra Republicana, por todo esto tengo el orgullo de formar parte de una candidatura que quiere un país libre para conseguir que su gente viva bajo el paraguas de la justicia social.
Bàrbara Lligadas i Muñoz
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