dimecres, 27 de febrer del 2013

El colegio Ángela Roca


La semana del 14 de enero no la olvidarán muchos padres y alumnos del colegio Ángela Roca. Se enteraron que iban a cerrar su colegio. La incredulidad, la confusión y la desesperación ante esta noticia generó un pequeño caos en toda la Comunidad Educativa y ciudadanos vinculados de alguna manera al colegio, bien por su entorno o por otros vínculos. El Departament d’Ensenyament les comunicó el cierre de su Centro para convertirlo en un nuevo Instituto en el plazo de dos años paulatinamente. ¿La causa? “Motivos demográficos”, o al menos eso alegaban. Según el estudio de la Generalitat, el descenso de alumnado justificaba  la reubicación de los  alumnos en otro centro. 
Querían desplazar a 450 alumnos a casi 2 km. de distancia del centro actual. Toda la Comunidad Educativa se volcó en rechazar el cierre que planteaba el Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya. El Ayuntamiento a través de unas declaraciones a los medios de comunicación,  mostró su rechazo al cierre.
El colegio Ángela Roca, con 53 años de vida, fue un legado de uno de los  hermanos Roca, fundadores de la empresa “Roca Radiadores” para hacer una escuela para los niños de Viladecans.
Toda la Comunidad Educativa se volcó de lleno, pero quiero destacar y elogiar el trabajo del AMPA. Reaccionó con celeridad y premura, lo que contribuyó positivamente para reorganizarse los padres. 
Un padre de otro centro me contó que su madre (que vive de toda la vida  enfrente del colegio) lo había llamado llorando y pidiéndole que hiciera algo, que no se podía consentir que cerraran la escuela, este padre me contaba con pena y nostalgia, que había sido su escuela y que ayudaría a los padres de Ángela Roca en su lucha. 
El día 18, y  tras una reunión mantenida entre el Ayuntamiento de Viladecans y Josep Maria Pérez, director de los Serveis Territorials d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya, desestimaron el cierre del colegio.
Pero no se puede levantar la guardia, porque en estos momentos se necesita estar en un mismo barco, para luchar por el derecho de todos los alumnos, por una educación digna y de calidad. Es innegable que el peligro de aumentar más las ratios (número de niños por clase) está ahí. 
Nuestro sistema educativo está enfermo y falto de recursos para mejorar. Los padres y profesores se tienen que apoyar, y juntos  hacer un frente común por el bien y el futuro de nuestros hijos.
Milagros Jonte