dilluns, 21 de maig del 2012

1 de mayo


Día 1 de Mayo, el Día del Trabajo, el Día del Trabajador, el Día Internacional del Trabajo, podemos llamarle de mil maneras, pero en el fondo, es el día de la esperanza, esperanza por la llegada de una nueva sociedad, justa y social, de lucha, lucha para conseguir esa esperanza, de recuerdo, recuerdo de aquellos mártires de Chicago, sindicalistas ejecutados en Estados Unidos el 11 de noviembre de 1887 por su lucha para conseguir la jornada laboral de ocho horas, de reivindicación, reivindicación de los derechos conseguidos en toda la historia y que hoy día, los gobiernos de derechas –PP, CiU, etc– están reduciendo a la mínima expresión.  
Se me ha pasado por un momento, llamarle el Día de la Dignidad, pero he decidido en el último momento, no denominarlo de ese modo. De siempre, he podido escuchar aquello de que “el trabajo dignifica a la persona”, sí, pero me he puesto a pensar, en que si el trabajo de los cuerpos antidisturbios se han dignificado con las cargas policiales efectuadas, si el trabajo ha dignificado a aquellos políticos cuyo “trabajo” ha sido el expolio de las arcas públicas, a través de la corrupción, si aquellos Jueces que han juzgado casos, como el del Juez Garzón, también se han dignificado con su trabajo, si los políticos gobernantes, que nos están recortando la vida, también están dignificados con su trabajo, creo que no, si no más bien, todo lo contrario, y por ello he decidido no señalar el 1º de Mayo como Día de la Dignidad, y no porque no se lo merezca la clase trabajadora, sino porque ese apelativo de Dignidad se lo estarían llevando gratuitamente los que he referenciado más arriba.
En estos días nos hemos encontrado ante el 1º de Mayo más importante de los últimos años, que nos enfrentamos ante un avance desmedido de la derecha, en su faceta más extrema, que está eliminando sin contemplación, apoyándose en la crisis –que como bien sabemos, ha sido creada por las propias políticas neoliberales que se han aplicado en estos últimos años– todos los derechos sociales y laborales conseguidos desde hace unos siglos atrás. Nos han impuesto una reforma laboral de lo más retrógrado que nos podíamos imaginar en la Europa del siglo XIX, están desintegrando poco a poco todo lo que conlleva el concepto de Público. Estas extremaderechas que nos gobiernan están consiguiendo cada día con mayor efectividad que se haga cierto el eslogan “El Pueblo Unido jamás será vencido”, y esto se lo hemos demostrado en la reciente huelga general, y en este 1º de Mayo que ha pasado. 
Y por último, desearía que los jóvenes que van a sufrir todo esto en sus propias carnes, con un futuro poco esperanzador, no dejen la lucha y la movilización a sus padres y abuelos, como hemos visto en estas últimas movilizaciones. Vosotros tenéis que decidir por vuestro futuro.
Carlos de la Rubia