dimecres, 13 de febrer del 2008

Por la gracia de Dios


Hace ya unos años, podíamos leer en las monedas que utilizábamos: “Por la gracia de Dios”. De nuevo un gobernante podría serlo, en parte, por la misma causa. Al menos, eso es lo que pretende la Conferencia Episcopal Española cuando opta decididamente por orientar el voto hacia una opción ideológica determinada. Y esa orientación, no es otra que hacia la derecha que representan, hoy por hoy, los mandatarios de la Iglesia Católica y los sectores más rancios del PP (de Rajoy, Acebes o Zaplana).
Cuando dicen los obispos que ellos no hacen política, mienten como bellacos, pues han intentado por uno y otro lado intervenir en debates como la enseñanza, la familia, el aborto o de cómo hemos de vivir o morir. Estos debates donde se deben de hacer, es en el Parlamento que para eso se vota y no con injerencias de la Iglesia y si no que recuerden aquello de “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. A estas alturas, ya estamos hartos y sabemos lo que queremos, no nos hace falta un angelito, de aquellos que salen encima del hombro en las películas, para que nos vaya diciendo en todo momento lo que está bien o lo que está mal.
Pero, si algo está realmente mal es que se siga manteniendo la financiación de la Iglesia Católica con acuerdos de hace más de 30 años, en los que se le reconocen unos derechos económicos que no se le reconocen a ninguna otra asociación.
Se tendría que recordar que estamos en un estado aconfesional y que la igualdad entre la ciudadanía es un principio que ha de regir la vida política.
Miguel de la Rubia