divendres, 22 de juliol del 2011

Carta abierta a la alcaldía

Señor Alcalde:
Discúlpeme que crea que puedo hacerle perder su tiempo por el mero hecho de comprar un piso aquí y residir con mi familia pagando el triste diezmo que casi ni llega a un sueldo.
No sé cómo puede afrontar los muchos gastos que arrostra nuestra ciudad derrochadora, si no fuese por esa sanísima agua que no puede clorarse más, ni en esos impuestos de movilidad añadidos, en los cuales, seguramente por mi indolencia distraída, no le recuerdo haber visto usar nunca… ni perder. Al parecer no tengo una memoria eidética.
Discúlpeme también por no agradecerle lo suficiente el maravilloso ajardinamiento del parque Can Ginestar, justo delante de mi ventana, ahora el viejo y sombrío bosque se ha llenado del griterío de niños jugando, el rodar de los scates, las multitímbricas voces cambiantes de los adolescentes en sus fortíssimos a cualquier hora, los botellones a medianoche, las reyertas, el incomparable marco de fin de fiesta de las salas de ocio cercanas, las despedidas a las tantas, de calle a calle para ahorrarse el sms.
Usted, en su infalible sabiduría, conocedor de los hechos acontecidos durante la ejecución de la obra, en el que este molesto vecino quejica no dejaba de llamar a la policía municipal por los ruidos producidos por el vigilante nocturno, contratado al parecer para hacer barbacoas junto al bosque, poner música ambiental con el coche a los vecinos para relajarles de los trabajos realizados con maquinarias pesadas durante el día y vigilar su caravana desde dentro, en compañía de su novia o mujer y créame que cumplía bien su contrato. Al pobre no le dejaba trabajar a gusto puesto que el grupo electrógeno era más grande que la caravana y egoísta de mí me creía con más derecho a dormir que el pobre vigilante.
Con esta sabiduría ha decidido no poner vigilancia que pueda molestar a cualquier vecino o a mí, enriqueciendo la interacción ciudadana, la música y sus escalas acromáticas y la libertad… en su sentido más amplio.
Así mismo debo pedir disculpas por no saber ver como usted, que es cierto que la mayoría de las personas son buenas y educadas, al contrario de lo que yo temía, tan solo es que en mi ceguera, su neo percepción de la reescritura de los códigos morales y de circulación he quedado totalmente descolgado de su conceptual percepción, por lo que le ruego, que tenga a bien enviarme un nuevo manual, donde me aclare cuando circular en sentido contrario ”pero solo  un cacho” es válido. Y cuando aparcar en línea amarilla ”pero solo es un momento” también lo es entre los muchos casos.
Finalmente pido humildemente disculpas por haber realizado preguntas antes de las elecciones sobre estas y otras cuestiones tan difíciles de responder con honestidad y tan fáciles mintiendo a las que se refirió con un responderé. No solo ya llega tarde sino que posiblemente tiene todos los números para empeorarlo.
 David Rebollo

1 comentari:

Anònim ha dit...

Totalmente de acuerdo en todo lo que dice estamos cansados de mentiras, y que no den largas.