divendres, 21 de febrer del 2014

Verdades, medias verdades y mentiras respecto al Hospital de Viladecans

El pasado 27 de noviembre, la Plataforma en Defensa del Hospital de Viladecans, acompañada por representantes de casi un centenar de entidades y agrupaciones adheridas al Comunicado Público en Defensa del Hospital de Viladecans entregó y registró en el Palau de la Generalitat las más de 28.000 firmas de ciudadanos que reclaman al President Artur Mas:
1) Que el Govern de la Generalitat cumpla su compromiso de llevar a cabo el plan de ampliación del Hospital de Viladecans, según lo acordado y proyectado en el año 2008, respetando el modelo de hospital de referencia en él previsto.
2) Que, en el panorama sanitario catalán, el Hospital de Viladecans siga ocupando el efectivo papel de hospital de referencia de las poblaciones de Begues, Castelldefels, Gavà, Sant Climent y Viladecans, es decir, sea capaz de “resoldre pràcticament tots els problemes de salut susceptibles de curació i millora, tret dels que requereixen recursos tecnològics d’alt nivell o una pràctica altament especialitzada”.
Además, al hacer la entrega de las firmas, se informó al Sr. Jordi Moreso, Cap del Gabinet del Conseller que la ciudadanía también reclama que, de inmediato, el presupuesto del Hospital de Viladecans sea ampliado, volviendo, en el 2014, a la dotación presupuestaria del año 2010, y que esta ampliación revierta en calidad asistencial.
Cabe destacar que este acto fue antecedido por la “Gran Manifestación en Defensa del Hospital de Viladecans”, de 30 de octubre, que indiscutiblemente ha pasado a ocupar un lugar destacado en la historia de nuestros municipios no solo por la excepcional participación, sin precedentes, sino también por haber sido capaz de contar con la presencia de casi todas las fuerzas políticas, independientemente de su “color”.
Es evidente que estas iniciativa cívicas contrastan con algunas voces políticas locales que, últimamente, vienen buscando calmar los ánimos del pueblo respecto al futuro del Hospital de Viladecans, ofreciendo “inputs” positivos respecto a los resultados de las movilizaciones, iniciadas hace ya más de dos años. Lo que llama la atención es que los promotores de estos “intentos tranquilizadores” solo cuentan una parte de la historia: la que les conviene.
Es verdad que todo indica que el Hospital de Viladecans no se cerrará, puesto que clausurar un centro público con 5 quirófanos seminuevos representaría el suicidio político del atrevido que lo llevara a cabo. Aunque seguir en marcha no es suficiente para vecinos y trabajadores: ¿quién garantiza que el Govern de la Generalitat no pretenda transformar el Hospital en algo muy diferente (para mal...) de lo que era hasta hace poco? Fue esta real amenaza, detectada por trabajadores del Hospital en marzo de 2011 y confirmada a mediados de 2013 por nadie menos que el propio Conseller Boi Ruiz, lo que hizo aflorar la Plataforma en Defensa del Hospital de Viladecans y de la Sanidad Pública.
También es verdad que, hace poco, la comisión de salud del Parlament de Catalunya aprobó con unanimidad una propuesta de resolución que insta (instar = ¡pedir!) al Govern de la Generalitat a una serie de cosas que mejorarían el porvenir del Hospital; pero también es verdad que esto no es vinculante, es decir, solamente presiona, sin obligar al Govern a absolutamente nada.
Igualmente es cierto que la presión social y política de los últimos meses ha sido capaz de hacer que, cara a la galería, el Departament de Salut haya modulado su discurso “destroyer” respecto al futuro del Hospital de Viladecans. Sin embargo, el Conseller no deja de llenarse la boca diciendo que el Hospital de Viladecans ha sido y seguirá siendo “básico”, es decir, con capacidad de resolución de cerca del 65%, lo cual confunde a la ciudadanía.
Este es un claro ejemplo de “verdad a medias”: a efectos de ingresos presupuestarios, nuestro Hospital siemprese ha contemplado como “hospital básico”; sin embargo, su papel en la zona siempre ha sido el de un “hospital de referencia”, es decir, encargado de resolver cerca del 90% de los problemas de salud tributarios de la atención especializada de los ciudadanos adultos de las cinco poblaciones a él adscritas. En gran parte, este es el secreto de la enorme y reconocida eficiencia del Hospital de Viladecans: cobrar poco y trabajar mucho. 
No nos engañemos: la lucha en defensa de un Hospital público positivamente singular como es el nuestro es plato de gusto para algunas de nuestras fuerzas políticas y piedra en el zapato para otras. No debemos olvidar que dentro de cerca de año y medio habrá elecciones municipales…
El pasado y el presente nos dan pistas de que el Hospital de Viladecans está inmerso en una perversa espiral capaz de deteriorarlo, e, incluso, absorberlo. Y esto no es casual: obedece a la aplastante lógica que tantea beneficios para aquellos que pujan por una importante parcela de las prestaciones sanitarias que el Hospital de Viladecans oferta a su población de referencia.
Este agravio a uno de los hospitales más eficientes de Catalunya, público y de gestión pública, conocido y copiado en toda España por ser pionero en el desarrollo de innumerables alternativas asistenciales que han venido contribuyendo sobremanera a la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, solo puede responder a un calificativo: es un saqueo a la sanidad pública catalana.
Puede que, sin prisa pero sin pausa, y utilizando las “verdades a medias” como estrategia, la intención del Departament de Salut sea vaciar de contenido el creciente y cada vez más visible movimiento ciudadano en busca de un futuro con cara y ojos para el Hospital de Viladecans. Sin embargo, si esto no es así y el Conseller Ruiz finalmente decidiera atender el clamor ciudadano y potenciar un centro tan gratamente peculiar como es el Hospital de Viladecans, vecinos y trabajadores agradeceríamos mucho que nos diera señales irrefutables de su acertada apuesta en este reconocido ejemplo de la mejor cara de la sanidad pública de nuestro país.
Eliana Lopez Sanchez