dimarts, 4 d’octubre del 2011

Turismo de calidad barato, es posible


Mi familia fue de aquellas que en los 70 vino a Catalunya en busca de una vida familiar más próspera, y de vacaciones, al pueblo. Teníamos a mi abuelo como jefe de mantenimiento del hotel y mi abuela como recepcionista complaciente y servicial con los clientes porque como buena gerente siempre quería que volviéramos a hospedarnos en su casa. La ocupación era del 140% entre primos, tíos, padres... familia diversa. No eran vacaciones de monumentos ni ciudades pero eran culturales por sus fiestas y las cuadrillas de chicos y chicas en bicicleta ofrecían el mejor turismo de ocio para un niño adolescente. Igual a mis padres les hubiera gustado pagarme unas vacaciones de intercambio para aprender inglés pero no existía la posibilidad y tampoco eran unas vacaciones de “derecho universal” aunque a mí ya me fue bien porque mi pueblo me permitió descubrir mundo y crecer.
Pienso que igual no es del todo normal que un currito se vaya de turismo de calidad a Cancún después de haberse hipotecado a 35 años, comprado los muebles y cambiado el coche. Muy normal no es que tengamos que ver la Torre Veneciana de París York para sentirnos parte de este planeta porque se acaba valorando más a una persona por la gran cantidad de kilómetros que le ha hecho a su coche nuevo y es por eso que creo, que igual se ha desvirtuado la manera de hacer turismo y de conocer mundo. Igual hemos de parar y reflexionar sobre qué entendemos por turismo de calidad para no acabar marchándonos de vacaciones huyendo de nuestro mundo con la intención de conocer otro mejor.
Yo entiendo por turismo de calidad aquel que la persona programa conjuntamente con sus compañeros de viaje y les permite poder compartir lo mucho o poco que tienen en visitar lo que no conocen y con la gente que quieren. Creo que si las personas no compartimos nuestras ilusiones y programamos nuestros viajes, o nuestra vida, no pensando en lo que queremos o en lo que nos gusta, es muy fácil optar por el turismo de borrachera y aislarse de lo bello que es el mundo y pasar de conocer la gente que vive en él. Por ello me uno a la campaña “Turismo de calidad barato, es posible” porque mi abuela siempre decía: “El dinero tendría que ser como los ajos. Que al año ya no sirvieran. Si el dinero fuera como los ajos la gran mayoría de los problemas que tenemos no existirían”. Mi abuela no hizo turismo, no conocía mundo pero era una persona de mundo.
José Antonio Monteagudo

1 comentari:

tarannà d'abril ha dit...

Hola,
Pues bastante de acuerdo con tus opiniones al respecto.
Bueno, yo de pequeñita no podia ir al pueblo de vacaciones porque ya estaba en el pueblo...o sea, vacaciones en casa, porque otra cosa no habia.
De mayor, aprendí a viajar por muy poco dinero, porque tampoco habia tanto como para llevar un buen tren de vida.
Al final, estoy tan acostumbrada a viajar barato (aunque lleva muchas horas de comparar precios y organizar el viaje)que soy incapaz de pagar las burradas que a veces escucho que la gente paga (o pagaba).
Además, tenemos un país precioso y unas playas que muchos quisieran.
Pirineos no queda tan lejos como parece y otras comunidades autónomas aunque algunas sin playas, no tienen nada, pero nada que envidiar...
Por cierto, no nos conocemos ni tampoco vivo en Viladecans, pero sí que trato de seguir vuestra publicación, ya que me gusta conocer "mis entornos" más cercanos.
Un saludo.