dimecres, 15 de desembre del 2021

Sonia Martín, canalitzant solidaritat

Dilluns al matí, al local de la Creu Roja de Viladecans, tot bull d’activitat: voluntaris (homes i dones), gent gran, grups de treball... Uns locals modestos i molt ben aprofitats ofereixen un gran magatzem per a aliments i joguines, espais per al treball de grups, i taules amb ordinadors. La Sonia, referent tècnica de la Creu Roja a la nostra ciutat, em rep amb un somriure en un petit despatx.

Bon dia, Sonia, què vol dir això de referent tècnica? Quina feina fas a l’entitat?

Yo estoy aquí desde el año 2013. Soy psicopedagoga, aunque he ido completando mi formación con cursos de liderazgo y de gestión para desempeñar mejor mi trabajo. Cruz Roja se sostiene sobre dos patas: por una parte los referentes técnicos en el ámbito sobre todo social, educativo y sanitario; y por otra parte el equipo de voluntariado, y el equipo de dirección, el comité local elegido por los socios, que también son personal voluntario. En realidad Cruz Roja es una entidad internacional, con sede estatal, catalana, provincial y local. 

Quanta gent moveu?

Solo en Viladecans contamos con unos 1.300 socios aproximadamente, que apoyan nuestras causas y que permiten con su aportación económica y voluntaria la consecución de los proyectos. Estamos contratadas habitualmente entre tres y cuatro personas, y contamos con un centenar de voluntarios. 

1300 socios en Viladecans es un porcentaje muy alto…

Sí. En 2020 éramos 1.302, ahora hemos crecido un poquito. Los socios son nuestra principal fuente de financiación con sus cuotas, aunque sean modestas. El importe mínimo es de 16 € anual, lo que está al alcance de mucha gente. Existe también la posibilidad de contar con socios empresarios, que a veces no solo hacen aportaciones económicas, sino que facilitan productos en especie o determinados servicios. No obstante, ahí nos queda un largo camino por recorrer.

También se hace anualmente la lotería del oro y se piden subvenciones a diversas administraciones públicas. Las subvenciones de los ayuntamientos lógicamente se destinan a la correspondiente localidad; el resto se distribuye según los proyectos y necesidades de cada oficina. 

¿Qué proyectos tenéis en Viladecans?

Para bien o para mal, tocamos muchas teclas, y eso no significa que todas estén igual de afinadas. Hay proyectos con una dimensión mucho más importante que otros. Intentamos siempre poner a la persona en el centro y ver qué patas de esta familia o de esta persona hay que acompañar o reforzar.

La “pata” más importante es cubrir las necesidades básicas de alimentación, higiene, empleo… 

Dedicamos mucho esfuerzo también a la Gent Gran, que necesita de mucho acompañamiento. Tenemos dos grupos en los que trabajamos el tema cognitivo, la socialización, la habilidad, la creatividad. Es una manera de mejorar la salud tanto física como emocional y de mantener una vida activa. Se trata de personas con un nivel alto de vulnerabilidad bien porque están solas, bien porque tienen pensiones muy reducidas. Contamos con una partida presupuestaria para determinadas ayudas: unas gafas, un audífono, pequeñas reparaciones en el domicilio, eliminar barreras arquitectónicas. Es un proyecto muy chulo, financiado en gran parte por el IRPF.

A qué otra población atendéis?

Tenemos un proyecto de éxito educativo, con niños de primaria. Reforzamos los conocimientos que se adquieren en la escuela, pero también valores, competencias básicas, socialización, hábitos…Es un proyecto que contiene buenas dosis de prevención.

El proyecto tal vez más visible en el territorio es el Banco de Alimentos. Con él atendemos a 280 familias mensuales distintas. Intentamos cubrir dignamente la alimentación más básica y la higiene. Y lo hacemos en coordinación con los Servicios Sociales y con otras entidades, como Càritas. Ocuparnos de la alimentación nos permite detectar otras necesidades, como la de acompañamiento y la de búsqueda de empleo. En cualquier caso, nuestro apoyo refuerza siempre el plan de trabajo que la familia haya establecido con Servicios Sociales. Intentamos que la ayuda a las familias se distribuya con la mayor dignidad posible y que contenga productos de calidad. Por eso nos encargamos de comprar lo necesario para garantizar una alimentación sana y suficiente. Lo ideal, sin embargo, sería facilitar tarjetas monedero para que las familias compren lo que consideren oportuno. Se ha ensayado con la covid y nos gustaría que en el futuro ese fuera el camino.

Déu n’hi do!

A mí lo que más me gusta es que canalizamos la solidaridad de Viladecans. A veces la gente no sabe muy bien cómo gestionar un gesto solidario, y nosotros le ofrecemos nuestra colaboración. Por ejemplo, el gremio de hostelería ha dado unos menús solidarios y nos hemos encargado de distribuirlos. 

Otro aspecto a destacar es la formación: para nuestro voluntariado y para otras personas, en cuestiones muy diversas entre las que se cuenta la salud (primeros auxilios, alimentación sana, etc.). Durante la pandemia hemos repartido mascarillas, gel…

No es una gran necesidad en nuestro municipio, pero colaboramos en la atención de los “sense sostre” que aparecen en Viladecans de forma itinerante. En realidad lo que convendría es poder ofrecer una vivienda, pero está fuera de nuestro alcance.

La cuestión de búsqueda de empleo solemos derivarla a nuestra oficina de Castelldefels, para la que este programa es prioritario por lo que cuenta con recursos de acompañamiento y de formación.

Atendemos también a personas refugiadas, que nos llegan cuando han pasado la primera fase de acogida y se instalan en el municipio. Cruz Roja les acompaña y gestiona las ayudas que reciben. Les ayudamos a conocer la ciudad, a escolarizar a los niños, a buscar empleo, a obtener la tarjeta sanitaria.

Ara comenceu la campanya de recollida de joguines, oi?

Es un clásico. Ya estamos empezando a trabajar en ello. Intentamos hacer pedagogía en la recolección de juguetes para repartir juguetes nuevos, juguetes no sexistas y juguetes no bélicos. Parte de los juguetes son donaciones de particulares. Otra parte significativa los compramos, asesorados por jugueterías. Queremos satisfacer en la medida de lo posible la ilusión de los niños, y entendemos que jugar es uno de los derechos humanos. Procuramos promover también juegos de mesa y colaborativos, además de ofrecer libros. Lo hacemos con cariño y de forma muy personalizada. 

No aceptamos juguetes usados por diversas razones: es un día especial y a todos nos gusta recibir algo nuevo por Reyes. Días hay a lo largo del año para reutilizar productos. Aparte de esto hay razones de seguridad: los juguetes llevan piezas pequeñas que si están rotas pueden causar accidentes. 

En la campaña nos coordinamos con servicios sociales a la hora de detectar a las familias. Se les asigna un día para la recogida de los paquetes que se les destinarán en función de su composición. Hacerlo con tiempo permite que los padres lo complementen y lo preparen a su gusto. Si consiguiéramos acabar la campaña antes de Navidad haríamos posible que según el criterio de cada familia los niños recibieran sus regalos por Navidad o por Reyes, pero lo cierto es que siempre andamos con prisas. 

M’acomiado, una mica impressionada pel volum i diversitat d’ajuts de la Creu Roja, contenta d’haver conegut millor aquesta entitat que compta amb la confiança de tantíssima gent.

Mercè Solé