El 2 de noviembre de 2001 en la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO celebrada en Paris se aprobó la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultura. Y a continuación la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Dialogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002.
En la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (Mondiacult) celebrada en 1982 en México se alcanzó un acuerdo de definición de cultura que dice lo siguiente: “La Cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales de los seres humanos, los sistemas de valores, la tradiciones y las creencias”. La conferencia rechazó unánimemente toda jerarquía de las culturas ya que nada puede justificar la discriminación entre culturas “superiores” e “inferiores” y reafirmó el deber de cada uno de respetar todas las culturas.
La defensa de la Diversidad Cultural es intrínseca a la defensa de los derechos humanos.
En un mundo como el de hoy donde las distancias se miden por horas y no por kilómetros, donde las redes sociales y medios de comunicación nos saturan de información, las migraciones de personas de países pobres y en guerra buscan la supervivencia en el norte rico y próspero. Se da mucho más el contraste entre culturas. Es un fenómeno que en muchas de nuestras ciudades estamos viendo. Por eso es primordial que desde las Sindicaturas locales velemos por el respeto y la defensa de esa diversidad cultural que nos enriquece como seres humanos y que es motor de integración.
El Síndic debe velar por las buenas prácticas administrativas pero debe ser también garante de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales.
Acabaré con una cita de Irina Bokova, Directora General de la Unesco: “En un mundo tan diverso, la destrucción de las culturas es un crimen y la uniformidad un callejón sin salida. Todo estriba en valorizar, en un mismo impulso, la diversidad que nos enriquece y los derechos humanos que nos reúnen”.
José Luis Nicolas
Sindic de Greuges de Viladecans
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